viernes, 23 de mayo de 2014

LAS POLARIDADES


 

INTRODUCCIÓN A LA NEURO-SEMÁNTICA DE LA TARTAMUDEZ (parte 7)



Según la Gestalt, hay polaridades en la naturaleza: dia-noche, calor-frío, blanco-negro, soleado-nublado, etc., en las que no hay juicio posible porque es lo que pasa en la naturaleza. En cambio hay otras polaridades en las que sí hay juicio por parte nuestra: bueno-malo, bien-mal, adecuado-inadecuado, verdadero-falso, correcto-incorrecto, acertado-fallido, etc.

¿Y fluidez-bloqueos del habla? ¿Es esta otra polaridad? Claro que sí, ni buena ni mala, solamente describe si la persona habla con fluidez o si se bloquea. La cuestión importante es si la juzgamos o no. Hay una manera sabia de afrontar los bloqueos, la de no juzgar, a la manera fenomenológica, tal como enseñó Husserl y tal como se practica en el Coaching; escucharíamos y observaríamos sin emitir juicio alguno.

Pero, ¿qué pasa si emitimos un juicio del tipo adecuado-inadeacuado o bien-mal? A esto se refiere el descubrimiento que hizo Wendell Johnson sobre la gran importancia de juzgar o no juzgar, por eso la ausencia de tartamudez en algunas tribus, tal como explicamos con anterioridad sobre los juicios negativos en el habla infantil temprana (Las tribus que no conocían la tartamudez y El estudio monstruo): si no se juzga el bloqueo como inadecuado, sino como algo circunstancial y pasajero, el bloqueo no se retroalimenta. Esto es de nuevo la Neuro-Semántica.

¿Consideramos los bloqueos del habla como inadecuados o los dejamos pasar? ¿Alimentamos nuestro pesar juzgándonos como que «hablamos mal»? ¿Nos escondemos? La tendencia fatal es a escondernos, para que no nos descubran, para que no nos juzguen mal, y esto pasa porque nos juzgamos negativamente. ¿Cuál es el significado que nos damos a nosotros mismos? ¿Tartamudos patéticos, como se describió a sí misma Mary Korlaske? Insisto, si nos juzgamos mal a nosotros mismos, nos sentiremos inseguros, y la consecuencia será que tendremos miedo a hablar y a que los demás nos juzguen mal, como inadecuados, no válidos, patéticos, etc. Consecuencia: la tartamudez se retroalimentará.

El gran Nietzsche dijo dos frases que resumen el drama humano:

  • Toda convicción es una cárcel.

(Nietzsche estaba a favor de la vida y de la flexibilidad de pensamiento y acción, y en contra de cualquier absolutismo o dogmatismo de la mente que suele conducir al ser humano a la muerte en vida).

  • El que no cree en sí mismo, miente siempre.

(En esta frase tan rotunda y tan potente, Nietzsche nos enseña cuál es el resultado de la ausencia de autenticidad y confianza en uno mismo: la mentira y el autoengaño).

En toda convicción sobre nosotros mismos y lo que nos rodea está el significado que nos damos a nosotros mismos, cómo nos juzgamos, cuáles son nuestras etiquetas, nuestras jaulas, nuestras redes, nuestros pozos profundos de los que no podemos salir.

Y quien no cree en sí mismo, quien no cree que dentro de sí hay una mina de oro que está esperando ser rescatada, tiende a construir auto-engaños o a engañar a los demás, para salir del paso y no ser descubierto como inadecuado.

Pues esto es lo que trabaja la Neuro-Semántica: excavar para descubrir lo que nos pertenece, construir un nuevo significado de sí mismo, más real, más áureo, enseña cómo excavar en sí mismo y revelar al mundo la belleza y el sentido de la vida.

miércoles, 14 de mayo de 2014

LA RESILIENCIA


INTRODUCCIÓN A LA NEURO-SEMÁNTICA DE LA TARTAMUDEZ (parte 6)



Retomemos el gran ejemplo de resiliencia que nos da el bebé que está aprendiendo a caminar: se levanta por primera vez, se cae, se levanta, se vuelve a caer, se vuelve a levantar, hasta que puede caminar sin caerse y correr, hasta que se cae de nuevo, y se vuelve a levantar. Y esto sin parar de reír.


Todos los padres y madres apoyan con amor a su niño para que lo siga intentando, para que se supere y llegue a caminar y correr. Le dan la mano, los acompañan en sus primeros pasos, hasta que pueden caminar por sí solos.


La resiliencia es la habilidad innata del ser humano para levantarse después de una caída. Es innata tal como demuestran los bebés con su afán de superación. Y también se puede continuar desarrollando a lo largo de la vida.


Viktor Frankl, Anna Frank, la Cenicienta, Harry Potter, Nelson Mandela, muchos personajes bíblicos… Tenemos innumerables ejemplos de personajes históricos, mitológicos o de cuentos que han dado ejemplo de resiliencia, que han superado dificultades o sucesos traumáticos.


La resiliencia depende de la autoconfianza y también del amor y del apoyo incondicional de las personas del entorno familiar y social. La resiliencia de los niños es cosa de las familias y escuelas. El niño modela lo que ve y lo que recibe.


Por otra parte, las personas resilientes suelen ayudar a los demás a desarrollar la resiliencia. En la resiliencia entran en juego la empatía, la apertura de mente, el respeto, la capacidad para no juzgar negativamente y para apreciar siempre lo positivo, tanto en uno mismo como en los demás. Veo la resiliencia como un término que resume la grandeza del ser humano.


La Neuro-Semántica nos dice, igual que la Logoterapia de Viktor Frankl o la Terapia Racional-Emotiva de Albert Ellis, entre otras disciplinas, que ante una situación problemática, o incluso traumática, la persona debe dar un nuevo significado a su situación, buscar un nuevo sentido, buscar lo positivo en esa nueva situación, como si se tratara de una puerta hacia la superación. Esto es lo que ayuda a levantarse de nuevo.


Por el contrario, si nuestras palabras y las palabras de nuestro entorno insisten en lo negativo, en lo traumático, la persona se quedará hundida. Expresiones como “tirar la toalla”, “ya no sé qué hacer más para salir adelante”, “no puedo” o “soy un fracasado” son expresiones típicas de la falta de resiliencia. Otra vez el lenguaje, las palabras que nos decimos y que “in-corporamos” a nuestro cuerpo, es decir, nuestras palabras se hacen carne.


La coach Vigela Lloret lo expresa con exactitud con la frase siguiente:


TAL COMO “NOS PENSAMOS”, ASÍ “NOS SENTIMOS”.1


Recordad al niño bebé resiliente cuando está aprendiendo a caminar con el apoyo del amor de sus padres. Algo ha de cambiar en la visión del mundo de esa pequeñísima parte de adultos que se asustan ante las imperfecciones del habla infantil temprana, para que también apoyen con amor al niño que está aprendiendo a hablar.


Este es un mensaje también para grandes y pequeños, para que apoyen con cariño al niño, al adolescente y al adulto bloqueado en su querer hablar y no poder.


1 http://vigelalloret.com/gestion-del-tiempo/

miércoles, 30 de abril de 2014

LAS TRIBUS QUE NO CONOCÍAN LA TARTAMUDEZ


INTRODUCCIÓN A LA NEURO-SEMÁNTICA DE LA TARTAMUDEZ (parte 5)



Otro dato revelador aportado por Wendell Johnson fue que entre algunas tribus indias de Norte-América no había casos de tartamudez, incluso no tenían palabra para denominarla. Pero sí había casos de tartamudez en otras tribus. Esto me llevó a buscar el estudio sobre este tema, y lo encontré. Es el estudio titulado “The problem of stuttering in certain North American Indian societies” (El problema de la tartamudez en ciertas sociedades indias norteamericanas), de Joseph Stewart, asistente de Wendell Johnson en la Universidad de Iowa (Este estudio se puede descargar de internet en pdf).


En este mismo texto también cita otros estudios de campo en otros lugares del planeta, y se descubrió que algunas tribus de Nueva Guinea, Nigeria o India tampoco conocían la tartamudez ni habían casos. Por aquí hay mucho que reflexionar acerca de la naturaleza de la tartamudez.

La pregunta es: ¿hay algo en nuestra cultura que favorezca la aparición de la tartamudez? No sería extraño, porque la nuestra es la sociedad del miedo, tal como refleja Eduardo Galeano en su poema “Miedo global” ( http://yorecomiendo.wordpress.com/2006/11/08/el-miedo-global-de-eduardo-galeanola-gran-orquesta-republicana/).


Y también la nuestra es la sociedad del juicio negativo. Y no me refiero solamente a la cultura occidental del “hombre blanco”. El hecho que el 1 por ciento de la población mundial tartamudee me hace pensar que debe haber algo cultural a escala planetaria, algo de lo que sin embargo carecían esas tribus de Norte-América, Nueva Guinea, Nigeria o India, algo que favorece que haya personas que un día comiencen a sentir miedo a hablar, a sentirse juzgados negativamente por su interlocutor y acaben por tartamudear sin saber qué hacer para evitarlo.


¿Será esa persistencia en juzgar al otro, a uno mismo, a lo que sucede, como bueno, malo, correcto, incorrecto, adecuado, inadecuado, tonto, listo, útil, inútil, etc.?


¿Será a lo que se refirió el gran psicólogo Carl Jung cuando después de visitar la reserva de los indios Pueblo en Nuevo México cambió totalmente su visión del ser humano? El jefe indio calificó al “hombre blanco” como loco porque “piensa con la cabeza”. Jung se sorprendió y le preguntó cómo pensaban los indios Pueblo. La respuesta fue: “pensamos con el corazón”. Pensar con el corazón (amor, compasión y respeto profundo) versus pensar con la cabeza (tener la razón, montarnos películas y juzgar negativamente).


Reflexión ante lo escrito: ¿cómo es que nadie en ninguna familia o ninguna guardería, al observar a un bebé de uno o dos años que está aprendiendo a caminar, que se cae y se levanta, se vuelve a caer y se levanta, y así muchas veces, nunca se le ocurre decir al bebé: “eh, niño, que no caminas bien, concéntrate, piensa bien antes de dar un paso para que no te caigas, pareces tonto…”? A nadie, creo yo, se le ocurriría decirle a un bebé estas barbaridades. Pero en el caso del lenguaje, la cosa cambia. Ante las primeras imperfecciones del habla temprana infantil (repeticiones de sílabas, bloqueos, etc.), una pequeñísima parte (insisto, pequeñísima parte) de padres, madres, familiares, médicos o maestros se ponen en guardia, ansiosos, se asustan y empiezan a criticar o juzgar: “el niño habla mal” o “el niño ha salido tartamudo”. Esta ansiedad y este juicio se transmite al niño como un rayo. El niño empieza a tener miedo a hablar. En estos casos la tartamudez aparece para quedarse.


En otros casos: todavía es un misterio los niños que han desarrollado tartamudez habiendo nacido y sido educados en un ambiente afectuoso y feliz.


Por otro lado, Bert Hellinger relató un caso de superación de la tartamudez en una sola sesión de sus constelaciones familiares, por aquí creo yo que también se puede trabajar la tartamudez (http://www.mantra.com.ar/Entrevistas/hellinger2.html).

Y tema diferente es el caso de muchos niños y adolescentes fluidos, sin ningún problema del habla, que de repente desarrollan rápidamente la tartamudez después de un suceso traumático. De esto también hablaremos. 

En cuanto a la genética y al buscado y aparentemente encontrado gen de la tartamudez, más adelante hablaremos de cómo la calidad de nuestros pensamientos modifica la genética de cada célula de nuestro cuerpo. De nuevo vamos a parar a la Neuro-Semántica.


Es importantísimo concienciarse de la importancia que tienen las palabras que nos decimos a nosotros mismos y las palabras que nos llegan de nuestro entorno. Hay palabras que te llevan a lo mejor de ti, y hay palabras que te pueden hundir. Por eso que dejar de juzgar negativamente es un tema clave en la tartamudez.


En vez de juzgar, jugar, sin la zeta.












viernes, 25 de abril de 2014

EL ESTUDIO MONSTRUO



INTRODUCCIÓN A LA NEURO-SEMÁNTICA DE LA TARTAMUDEZ (parte 4)


Un gran ejemplo de cómo el poder inmenso del lenguaje afecta al sistema mente-cuerpo fue un experimento, muy criticado en su día por su falta de ética. Fue conocido como el “Estudio Monstruo” o “Monster Study” y fue comparado posteriormente con los experimentos de los médicos nazis en los campos de concentración. Pero visto desde la perspectiva del tiempo, fue muy revelador de cómo se puede inducir la tartamudez en personas fluidas.

El experimento lo ordenó el psicólogo y terapeuta del lenguaje Wendell Johnson de la Universidad de Iowa en 1939 y lo llevó a la práctica su asistente Mary Tudor. Johnson era tartamudo severo, probó todas las técnicas disponibles hasta entonces, pero sin resultado. Su sueño era encontrar una respuesta a la tartamudez, y con el tiempo, sus investigaciones le llevaron a crear una teoría: la tartamudez era una conducta inducida por el entorno familiar y social y asimilada por el niño. Johnson era Semántico General.

La Semántica General, creada por el ingeniero polaco Alfred Korzybski en 1933, precedente de la Neuro-Semántica, decía que el significado que damos a las cosas determina las reacciones nerviosas del organismo, es decir, lo que hemos mencionado ya desde el primer artículo: cómo nuestras creencias y pensamientos se “in-corporan”, se hacen cuerpo, se somatizan.

Para probar su teoría, empleó a dos grupos de niños huérfanos de un orfanato: el primer grupo de niños era de niños tartamudos y el segundo grupo era de niños fluidos, es decir, sin problemas del habla. Mientras que a los niños tartamudos se les decían palabras cariñosas, de aprecio personal y de apoyo ante sus palabras torpes infantiles, a los niños fluidos se les decían palabras de desprecio y crítica ante la más mínima imperfección típica del habla infantil. El resultado fue muy revelador: los niños tartamudos superaron su tartamudez al poco tiempo, y los niños fluidos se convirtieron en tartamudos con graves consecuencias psicológicas.

A los niños tartamudos, ante sus dificultades para hablar, la asistente Mary Tudor solía decirles por medio de terapia positiva:
“Superarás la tartamudez y serás capaz de hablar incluso mejor que las personas que te rodean. No prestes atención a aquellos que critican tu habilidad, sin duda no se dan cuenta que es sólo una fase”.

Al contrario, con los niños fluidos el discurso cambiaba radicalmente. Mary Tudor empleaba terapia negativa:
“El equipo médico ha llegado a la conclusión de que tienes un gran problema al hablar. Tienes muchos de los síntomas de los niños que son tartamudos. Debes hacer algo para detenerte inmediatamente. Utiliza tu poder. No hables a menos que puedas hacerlo bien. ¿Has visto como habla (y mencionaba el nombre de un niño del orfanato que mostraba evidentes problemas de tartamudez)? Sin lugar a dudas comenzó igual que tú.”

En el caso de la niña Mary Korlaske, la asistente Mary Tudor le decía:

Toma aire antes de decir la palabra en la que piensas que vas a tartamudear. Párate y empieza de nuevo si te bloqueas. Pon tu lengua en el paladar. No hables a no ser que puedas hablar correctamente. Vigila tu habla todo el tiempo. Haz lo que sea para no tartamudear”.

Como cabe suponer, esta hiper-vigilancia sobre el habla es lo que Nardone describe como la paradoja del “control que hace perder el control”. Esto nos suena mucho a las personas que tartamudeamos, cuando nuestro interlocutor, de buena fe, nos pide que nos tranquilicemos, que respiremos antes de hablar, que nos tomemos nuestro tiempo, etc., o cuando queremos controlar nuestra habla. Y al querer controlar, perdemos el control y tartamudeamos todavía más.

Johnson llamó a su teoría “Diagnogénesis de la tartamudez”, es decir, tartamudez inducida por un diagnóstico erróneo o juicio negativo por parte de padres, profesores, médicos y demás entorno familiar y social ante las leves imperfecciones del habla infantil.

El estudio de Johnson y su asistente da una idea de lo importante que es para los padres, profesores o médicos no juzgar negativamente las imperfecciones del habla infantil temprana. Juzgar negativamente o criticar abiertamente al niño por su forma de hablar somete a estos niños a una presión o vergüenza tales que les genera una gran ansiedad ante el acto de hablar. Y no está de más recordar que el acto de hablar es algo espontáneo del ser humano, algo natural, y cuando la persona quiere controlar lo que es espontáneo y natural (el habla, la respiración o el caminar, por ejemplo) o quiere controlar una competencia inconsciente (ir en bicicleta, conducir un automóvil, escribir en el teclado, etc.), acaba perdiendo el control.

Aunque según este estudio está muy claro que la tartamudez puede ser en muchos casos inducida por el lenguaje negativo de las personas del entorno del niño, no me encaja, de momento, en casos de personas tartamudas que recuerdan haber tenido una infancia feliz sin traumas ni malos tratos físicos o psicológicos, y que, sin embargo, desarrollaron tartamudez. Otro caso diferente es el de la aparición de la tartamudez en casos de niños o adolescentes fluidos después de un hecho traumático. La cuestión de si la tartamudez es genética o no lo dejo para otro artículo.

La niña Mary Korlaske, que en el experimento de Johnson y Tudor generó tartamudez para toda la vida, después de muchos años, ya anciana, localizó a Mary Tudor. Después de tantos años, Mary Tudor no había podido olvidar ni superar la culpa por lo que hizo a aquellos niños. Mary Korlaske le escribió una carta en la que decía lo siguiente:

You destroyed my life”, the letter said. “I could have been a scientist, archeaologist or even president. In stead I became a pityful stutter. The kids made fun of me, my grades fell off, I felt stupid. Clear into my adulthood, I still want to avoide people to this day”.

(“Tú destruiste mi vida» decía la carta. “Podría haber sido científica, arqueóloga o incluso presidenta. En vez de eso, me convertí en una tartamuda patética. Los niños se burlaban de mí, mis notas cayeron en picado, me sentía estúpida. De lleno en mi edad adulta, todavía hoy quiero evitar a la gente”).

Estas líneas nos sirven para tener una idea de los efectos dramáticos del experimento y también para mostrar el sufrimiento y la soledad de muchas personas tartamudas a lo largo de su vida. Mary Tudor se enfrentó a su pasado en estas líneas de Mary Korlaske.

Enlaces:


http://www-psych.stanford.edu/~bigopp/stutter2.html (artículo original sobre el estudio)


martes, 22 de abril de 2014

EL HÉROE DESNUDO Y EL DRAGÓN DE LA TARTAMUDEZ



(sobre nuestro héroe interior en busca de nuestros dragones interiores)


INTRODUCCIÓN A LA NEURO-SEMÁNTICA DE LA TARTAMUDEZ (parte 3)



Insistimos en la trascendencia del significado que nos damos a nosotros mismos y a todo lo que tiene que ver con nosotros, incluido el significado que le damos al acto de hablar. De esto va la Neuro-Semántica. Si el significado que me doy a mi mismo es el de inútil, sin valor o que nadie me va a querer así, si no encuentro el sentido de mi vida, lo que estoy haciendo es enredarme en la propia red que he tejido yo mismo, o meterme en la jaula que yo mismo he construido, o como se dice en castellano tan claramente “hacerse la picha un lío”. En cuanto al habla, ¿consideramos que hablar es algo amenazante, peligroso? Hay un dicho muy antiguo: “Toda persona es rehén de lo que ha acumulado”, imagen precisa de lo que pasa a millones y millones de personas, tanto fluidas como tartamudas. Diría que no se salva nadie de esto, vista la historia de la humanidad y los noticiarios.


La gran pregunta es: ¿Qué diferencia hay entre una persona tartamuda que se siente feliz y otra que se siente desgraciada? La primera va haciendo su vida cada día, con su familia, amistades y profesión, y considera la tartamudez como un mero rasgo de su persona. Y ya está. Entre nosotros tenemos muchos ejemplos de personas que se sienten felices y válidas PORQUE SÍ, y su tartamudez ha pasado a segundo plano o incluso ha desaparecido. Para estas personas, su valía está fuera de toda duda. Ese es el significado que tienen de sí mismas.


La segunda, la persona tartamuda que se siente desgraciada culpa a su tartamudez de su desgracia, de no poder ser feliz en la vida (“Si no fuera por la tartamudez, sería feliz”). Esto es así porque su tartamudez ha sido elevada al pedestal más alto de su persona y no puede ver nada más en su vida que su tartamudez. Es tartamuda y todo en su vida gira en torno a eso. Y su tartamudez es lo que hace descender su valía como persona hasta el fondo de un pozo, sin escalera para subir.


Si fuera un viejo alquimista medieval tartamudo que se quisiera liberar del sufrimiento achacado a la tartamudez, me referiría a la tartamudez como el plomo de mi vida, y mi vida, mi alquimia, consistiría en trabajar ese gran plomo para transformarlo en mi oro. El plomo es pesado, muy pesado de llevar, y el oro es bello y valioso. A los humanos les gusta llevar joyas de oro y que se vean, pero las joyas de oro no tienen nada que ver con el oro del que estoy hablando: en el fondo de cada uno de los seres humanos hay una mina de oro, ese es el gran secreto del ser humano, pero esa mina de oro, a medida que crecemos, es tapada por capas de plomo. Nuestro propio plomo y el plomo de las personas de nuestro entorno, sin querer, sin darse cuenta. Estas capas de plomo suelen estar compuestas de: complejo de inferioridad, mandatos y creencias parentales limitantes, miedo, orgullo, codicia, envidia, juicios negativos irracionales…


Para solventar este despropósito, la tarea de las personas sabias desde tiempo inmemorial, esas personas que se convirtieron en guías de la humanidad, experimentaron y enseñaron cómo excavar a través de nuestras capas de plomo para rescatar nuestra mina de oro. Y ese rescate hace que los cuerpos cambien, ¡ya lo creo que cambian! Empiezan a emitir belleza y luz, como el oro.


Excavar a través de nuestras capas de plomo” significa desenredarnos, salir de nuestra jaula, liberarnos, dejar de ser rehenes de lo que hemos acumulado. Significa transformarse. Para transformar el plomo de la tartamudez en el oro de las palabras liberadas, hemos de comenzar a transformarnos como personas. Esto significa comenzar a desnudarse de lo que tapa tu oro, quitarte todos los añadidos que tú mismo te has puesto, y quedarte contigo mismo “en cueros”, con lo que eres, puro, limpio, oro. Por eso el héroe que está matando a su bestia está desnudo, como Sigfrido y el dragón, como Perseo y la medusa, como Teseo y el minotauro, como San Jorge antes de ser vestido por la tradición cristiana. Para enfrentarse a la vida con éxito hace falta exponerse, quitarse las máscaras.





 
Perseo y Medusa.

 
 
 

San Jorge, Sant Jordi matando al dragón
 

 O como los toreros, vestidos con traje de LUCES. Como yo y mi tartamudez. Porque hace falta desnudarse de lo que te sobra para que las cosas cambien. Por eso me expongo a los demás, por eso doy conferencias, por eso he comenzado con el teatro, por eso doy cursos. 
 

Animo a toda aquella persona, tartamuda o no, que se sienta desgraciada y rehén de sus miedos e inseguridades, a emprender el camino de convertir su plomo en su oro. Porque de oro tiene muchísimo, de nacimiento. El filósofo y dramaturgo francés Jean Paul Sartre dijo:



Lo importante no es lo que han hecho de nosotros, sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros. 





Sólo es cuestión de comenzar, comenzar a excavar.1 Y comenzar a excavar significa comenzar a hacer cosas, y la más importante es exponerse, para transformar el plomo del miedo en el oro de la belleza. Asì podremos cambiar el significado de nuestras vidas. El resultado es hallar tu mina de oro. Porque el mundo necesita de tu belleza y de tu mensaje. Ah, ¿que todavía no has descubierto cuál es tu mensaje????????

1 En excavar a través de tus capas de plomo, la Neuro-Semántica es una metodología excepcional. Enlaces: www.masteringstuttering.com y www.neurosemantics.com.











miércoles, 16 de abril de 2014

EL LENGUAJE GENERA NUESTRA REALIDAD


INTRODUCCIÓN A LA NEURO-SEMÁNTICA DE LA TARTAMUDEZ (parte 2)





El lenguaje genera nuestra realidad. El lenguaje no es solamente nuestras palabras pronunciadas, también es todo pensamiento fugaz, es lo que pensamos y no decimos, es toda creencia profunda consciente o inconsciente, es nuestra manera de juzgarnos y juzgar todo lo demás, es el significado que damos a todo lo que tiene que ver con nosotros. El lenguaje afecta a nuestro sistema mente-cuerpo y al sistema mente-cuerpo de las personas de nuestro entorno. Como dijimos en la primera parte, el lenguaje se in-corpora. Esta idea es muy antigua, como os voy a explicar:

El filósofo griego Heráclito, en el siglo VI a.C., fue el primero en reconocer el poder creador del mundo a través de la palabra. El Logos, la palabra, según Heráclito, era el fundamento de todo lo existente. Heráclito vivió en Éfeso, Asia Menor, cuando estaba bajo dominio persa.

Además, en arameo, la lengua de Jesús y de los antiguos judíos de Palestina, había una expresión que decía “avara ka d`avara”, que significaba “La palabra transforma”, es decir, describía el gran poder transformador de la palabra. Esta expresión pasó a los magos persas durante el cautiverio judío en Babilonia, y después los persas lo transmitieron a sus dominios de Éfeso, Asia Menor, actual Turquía, donde Heráclito vivía. Los magos persas la utilizaban en sus intervenciones mágicas para abrir lo que estaba cerrado y hacer posible lo imposible. Esta vieja expresión aramea pasada por el persa, ha llegado a nosotros como “Abracadabra”, expresión típica muy conocida del mundo de la magia.

Por otro lado, el también filósofo griego Epicteto ya nos decía lo siguiente: “Lo importante no son los hechos sino las opiniones que tenemos de los hechos”. El psicólogo Albert Ellis recuperó a Epicteto y nos recordó que no son los hechos los que nos afectan, sino nuestras creencias, interpretación o significado que damos a los hechos. Ellis elaboró una lista de once ideas irracionales muy conocidas que nos hacen la vida difícil, tal como explicaremos en un artículo posterior.

También conviene recordar los textos bíblicos del Génesis y del Evangelio de Juan. Yahvé generó el mundo por medio de la palabra: “Hágase la luz”, y la luz se hizo. Y en el Evangelio de Juan:

Al comienzo existía el Logos (Palabra-Verbo-Acción), y el Logos estaba con Dios, y el Logos era Dios (…) Todas las cosas han venido a la existencia por medio del Logos, y ni una sola cosa de las que han venido a la existencia han venido sin el Logos” (Juan, 1, 1-4).

El poder divino para crear todo lo que vemos y lo que no vemos por medio de la palabra, tiene su correlato en el poder de la palabra humana que genera su propia realidad.

Y en arameo, el Evangelio dice literalmente en Juan, 1,14: «Y la palabra se hizo carne» (bashra, en arameo).

En resumen, que somos nuestras palabras. Nuestro cuerpo y nuestras acciones y reacciones dependen de las palabras que tenemos interiorizadas en forma de creencias, historias, ideas, pensamientos, juicios, etc.

Pero no fue hasta el siglo XX, después de siglos y siglos de considerar al lenguaje como mera herramienta descriptiva de la realidad, cuando filósofos como Heidegger, Wittgenstein, Fernando Flores y Rafael Echeverría recuperarían la consideración del lenguaje como generativo de realidad.

Cada uno de nosotros y nosotras podemos comprobar cómo el lenguaje crea nuestra realidad. El jefe, el profesor, el padre o el policía que dicen: “Hágase tal cosa”, y tal cosa se hace. Si no lo hubieran dicho, tal cosa no se habría hecho. Las palabras de cariño o los insultos, los reconocimientos o los desprecios, las palabras de ánimo o las pesimistas, todas ellas crean diferentes escenarios en las personas, que las pueden llevar a lo más alto o a lo más bajo. Tal es el poder inmenso de la palabra o del lenguaje.

Y para comprobarlo observemos cómo se nos pone el cuerpo cuando nos decimos “No valgo para nada, soy un inútil”. O también cuando vamos a comprar algo y las palabras nos cuestan: solamente con que la persona de la tienda nos mire burlonamente nos sentiremos mal con ganas de desaparecer, pero si nos mira con aprecio, la cosa cambia.

Comprobemos cómo se nos pone el cuerpo cuando pronunciamos las palabras que Nelson Mandela se decía a sí mismo en sus duros y largos años de cárcel: “Soy dueño de mi vida, soy dueño de mi alma”. Estas palabras lo liberaron de su odio y deseo de venganza hacia los blancos. Probadlo con la mano en el corazón: “Soy dueño de mi vida, soy dueño de mi alma”.

miércoles, 9 de abril de 2014

INTRODUCCIÓN A LA NEURO-SEMÁNTICA DE LA TARTAMUDEZ (parte 1)








Estas palabras de Gandhi dejan muy clara la cadena causa-efecto que rige nuestra vida: primero, los pensamientos determinan nuestros actos; segundo, nuestros actos se convierten en nuestras costumbres; tercero, nuestras costumbres forman nuestro carácter; cuarto, nuestro carácter forma nuestro destino, y por último, nuestro destino es nuestra vida. Esta cadena que comienza por el pensamiento que acaba determinando nuestra vida es lo que trabaja la Neuro-Semántica (NS), derivada de la PNL y la Semántica General. Aunque con tal nombre la Neuro-Semántica tiene apenas 20 años, su esencia es heredera de algo muy antiguo que grandes sabios Gandhi conocían muy bien: cómo un pensamiento o una palabra puede cambiar tu vida, para bien o para mal.La Neuro-Semántica es la ciencia que detecta la relación entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos. Dispone de herramientas para excavar en lo que hay por debajo de las emociones y reacciones cotidianas. Siempre hay unos pensamientos concretos, unas creencias concretas, que son las que generan esas reacciones y esos estados de ánimo que te hacen la vida difícil y complicada. La Neuro-Semántica es una gran herramienta para el Coaching, que ayuda a cambiar la mentalidad y mejorar la vida de las personas. Por eso desde hace años en Estados Unidos se aplica a la tartamudez: cambiar la mentalidad tartamuda por la mentalidad libre. Este cambio de mentalidad tiene como consecuencia el cambio de comportamiento, de hábitos, de carácter, de destino en la vida… Es decir, cambiando tu manera de pensar, la calidad de tus pensamientos o el significado que das a todo lo que tenga que ver contigo (a esto se refiere la parte semántica), cambiarás tu actitud hacia la vida, tu manera de reaccionar ante las situaciones que se presenten en tu día a día, tu estado corporal (a esto se refiere la parte neurológica).Es así, tu cuerpo y tus reacciones (lo externo) reflejan tus pensamientos y tu modo de ver la vida (lo interno). En Neuro-Semántica esto se llama el Sistema Mente-Cuerpo (Mind-Body System). Y el caso paradigmático de este Sistema Mente-Cuerpo, dicho por los mismos creadores de la Neuro-Semántica (Michael Hall y Bob Bodenhamer), es la tartamudez, en la cual, en muchos casos, los pensamientos negativos sobre uno mismo y sobre el acto de hablar generan miedo a tartamudear (en gran parte inconscientes), y este miedo se somatiza en bloqueos del habla, o mejor dicho, este miedo se hace cuerpo: se in-corpora.Para tener una idea de cómo funciona el Sistema Mente-Cuerpo, os voy a poner dos ejemplos de la vida cotidiana:Cuando aprendimos a conducir el coche, los primeros días de prácticas eran difíciles y muy tensos. Los tres espejos del coche y nuestros dos ojos los considerábamos insuficientes para poder controlar todo lo que pasaba fuera y dentro, debido al miedo a los otros coches, a los accidentes, a los peatones, a perder el control, en definitiva. Poco a poco, nuestro cuerpo aprendió a conducir con el mínimo esfuerzo y relajadamente: sin darnos cuenta, nuestra mente ordenaba y nuestro cuerpo respondía como si nada. A veces viajamos kilómetros y kilómetros y llegamos al destino sin darnos cuenta del viaje. Hemos fluido.Cuando aprendimos a escribir a máquina (las antiguas máquinas de escribir), al comienzo nuestro teclear era torpe y lento. Nos esmerábamos en acertar en la tecla correcta y en estar atentos dónde poníamos los dedos. Hasta que fuimos cogiendo soltura y acabamos por escribir rápido y sin mirar al teclado. Nuestros dedos sabían muy bien qué teclas tocar. La mente daba la orden de escribir, y el cuerpo obedecía, sin ser conscientes de ello, sin mirar. Hoy, cuando escribimos en el teclado del ordenador, lo hacemos sin mirar. Escribimos fluidamente, nuestros dedos van solos.La Neuro-Semántica es un desarrollo de dos especialistas norteamericanos en PNL: Michael Hall (que además es filósofo) y Bob Bodenhamer (que además es teólogo). Los descubrí gracias al libro “El hexágono de la tartamudez” de John Harrison, donde aparece el enlace www.masteringstuttering.com (que se puede traducir como «comprendiendo, aprendiendo, manejando la tartamudez»). En esta página encontraréis mucha información (en inglés) sobre cómo la Neuro- Semántica explica la tartamudez y cómo trabaja con ella, con muchos casos de éxito.


La Neuro-Semántica puede aportar muchísimo a las personas que tartamudeamos. Y aquí en España todavía no se conoce. Os invito a probarlo, estoy a vuestra disposición para introduciros en esta impresionante visión del ser humano que cambia vidas. Si decíamos que el Coaching por sí solo cambia vidas, todavía más con esta herramienta poderosa que es la Neuro-Semántica.